No siento nada

Una mirada al cambio de sensibilidad en las redes amorosas

poridentidad

Circula una teoría por este amplio mundo que defiende que si vives lo suficientemente rápi- do no notarás los baches del camino (miedos, desamores, frustraciones, etc.). La historietista sueca Liv Strömquist (1978), hace un repaso a los cambios históricos del cómo se entienden las relaciones amorosas. En No siento nada aparecen una multitud de personajes históricos, como Sócrates, o ficticios, como los Pitufos. La presencia de famosos ayuda a cincelar una visión del presente en la que los amores son fugaces para evitar los problemas que surgen en las relaciones largas. Estamos en una época en la que triunfa el narcisismo y el raciocinio por encima de la búsqueda de la inteligencia emocional. En la sociedad capitalista el amor ha pasado a ser un bien de consumo. Una relación es substituible y lleva un sello con una corta fecha de caducidad. Con el cambio de mentalidad en el siglo XXI, es fácil, aceptado y entendible realizar cambios continuos de pareja. La dicotomía puede ser parecida a la decisión que tomemos entre comprar una prenda de vestir para que nos dure una corta temporada, o con el pro- pósito que dure para siempre.

La autora ha comentado en una entrevista que un posible nombre alternativo para el libro podría haber sido Hombres que aman demasiado poco. El libro expone la historia de Leonardo DiCaprio, que acostumbra a cambiar de pareja cada pocos meses. Mujeres más jóvenes que él, modelos y actrices, se van sucediendo en su agenda. Las roturas parecen de común acuerdo, y se comunica a la prensa que la amistad permanece. Pero la pregunta que plantea la autora es si el actor no es como una placa de cocina tibia que nunca hace hervir el agua. Las relaciones pasan, pero él no se quema. La siguiente cuestión es si todos somos Leonardo, y si hombres y mujeres, ya empoderados, creemos poder dominar el destino, y buscamos un continuo fluir de relaciones.

La idea de la novela gráfica le surgió a Liv Strömquist en un periodo en el que que pasaba mucho tiempo en las redes sociales. Se dio cuenta de la enorme cantidad de tiempo que gastamos en generar y compartir imágenes de nosotros mismos, al mismo tiempo que hacemos de voyeur de las vidas que nos enseñan los demás. El móvil ha sido el gran catalizador que ha permitido fotografiarnos en todo momento, y con los programas de reto- que perfeccionar la imagen que queremos dar de nosotros mismos. Tener relaciones con éxito es difícil si estas más preocupado por la imagen que das de ti mismo que de conocer profundamente a la otra persona con la que estés. Las relaciones nacen con poca voluntad de persistir.

La novela gráfica puede llegar a ser un medio poderoso para expresar y transmitir pensamientos complejos y hacerlo diáfanos y accesibles. La autora, con su dibujo eficiente, sabe plasmar una gran cantidad de teorías sobre el comportamiento social y sobre el laberinto del amor. En este cómic no hay certezas, el amor es inexplicable, pero, gracias a la pluralidad de testimonios y teorías que aporta la autora, puede suponer una ayuda para una necesaria reflexión.

Su trabajo de documentación es variado en cuanto a fuentes: noticias sobre famosos, historietas, libros, estudios y textos académicos sociológicos o filosóficos. La cantidad de información reunida es abrumadora y solo en una cabeza perfectamente metódica e inteligente como la de la autora pueden convivir tal suma de ideas y saber hacerlas asequibles.

Liv Strömquist vivió su infancia en Ravlunda, un pequeño pueblo del sur de Suecia, donde compartió hogar con una madre bibliotecaria y un padre artista. En su casa no había televisión y reinaba el respeto por el diálogo, el arte y la cultura. Liv creció con tiempo para jugar, imaginar y desarrollar el propio pensamiento. A los 21 años estuvo en México como observadora de paz durante la revuelta zapatista. Allí aprendió a saber desprenderse de la visión acomodada occidental y ver la sociedad desde una mirada forastera al sistema.

A principios del nuevo siglo, contemplando cómo crecía el interés por el cómic autobiográfico en Suecia, la dibujante creó fanzines que compraban los conocidos. Empezó a colaborar en revistas de cómic y como guionista en pro- gramas de radio. En 2005 publicó su primer álbum, al que seguirán varios trabajos más.

El tratamiento de sus obras es original, feminista y siempre con toques importantes de sátira social. El humor disminuye el dramatismo de lo que se cuenta, pero sin rebajar la profundidad del mensaje. Sus guiones e ideas se han visto plasmadas en televisión, teatro y en un cortometraje. Actualmente sigue trabajando en sus historietas y en proyectos multidisciplinarios desde su estudio en el barrio de Möllevången, en Malmö.

El libro nos habla de realidades, pero sin querer juzgar negativamente a nadie. La autora sabe que no se puede generalizar el comportamiento de una sociedad. Habrá una multitud de excepciones, pero pese a ello intenta registrar un cambio de sensibilidad y de percepción y lo hace con éxito. Lo que sí pretende la novela gráfica es rendir un homenaje al amor y a quienes no temen caer en sus redes. Es en definitiva un análisis brillante, muy aconsejable de compartir con conocidos y amigos.

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