Nimona

Érase una vez una metamorfa

Nimona

Entre los títulos estivales de 2021, Astiberri presentó en su catálogo dos obras de la emblemática Noelle Stevenson, El fuego nunca se apaga y Nimona, publicada en español hace cuatro años por Oceáno. El diario de experiencias vitales comprendidas entre 2011 y 2019 que constituye el primer título ofrece una visión completa de la autora y su proceso creativo, en particular de la obra que nos ocupa, Nimona. Sin embargo, su génesis se remonta a 2012 y a un trabajo de clase de la entonces estudiante de Bellas Artes veinteañera, Noelle Stevenson. A partir del personaje creado para este trabajo, Nimona, Stevenson iniciará un webcómic que finalizará en 2015 y será posteriormente recopilado en un volumen por Harper Collins, por el que ganará, entre otros, el Cartoonist Studio Prize al mejor webcómic, un Eisner a mejor álbum y el premio Cybils a mejor novela gráfica para jóvenes.

Desde su mismo inicio, con la presentación voluntaria del personaje que da título al libro nos apuntan algunas de sus claves: el humor, la parodia y la subversión de las convenciones y arquetipos del género protagonizados por una metamorfa capaz de adquirir la apariencia de prácticamente casi cualquier ser vivo en cuestión de segundos como compinche del villano Ballister Negrocorazón y las reticencias iniciales del primero por considerarla una cría. A partir de este momento, la tensión entre una impaciente Nimona por ejecutar planes malvados y un equilibrado contrincante, para el que la venganza contra Ambrosius Lomodorado requiere de preparación y paciencia, regula la sucesión de episodios, con un ritmo cuidadosamente me- dido para no perder la atención del lector y, al tiempo, proporcionarle indicios que le permitan desentrañar los diferentes niveles de significación de la historia.

Los diferentes recovecos de la trama y la intertextualidad, presente tanto en el sincretismo genérico por el que apuesta como en la construcción de los personajes, permiten al receptor modelo gozar de una lectura compleja, que ofrece más posibilidades que la mera construcción argumental. Sin embargo, Stevenson no se centra de forma exclusiva en este perfil de lector ideal, sino que diseña una poderosa narrativa gráfica capaz de seducir a una amplia variedad de público, tanto por sus preferencias temáticas como por su bagaje de lecturas o edades la sólida creación del mundo fantástico y, sobre todo, el carismático esbozo de los personajes que desfilan por sus páginas.

A través de la aparente sencillez como disfraz, al igual que su protagonista, la autora advierte de los peligros de dejarse llevar por las apariencias, desde la misma subversión de toda suerte de estereotipos. En efecto, Nimona habla también de la dicotomía entre la apariencia y el ser, entre la identidad real y el personaje construido para mostrar al exterior y relacionarse, del aspecto físico y sus trampas en los juicios sociales que de forma cotidiana efectuamos, pero sin un atisbo de complacencia o sentido doctrinal. Entre otras claves, para la consecución de este logro compositivo destaca el cuidado diseño argumental, la sólida creación del mundo fantástico y, sobre todo, el carismático esbozo de los personajes que desfilan por sus páginas.

Sin descuidar ni por un momento la potente ambientación, Stevenson traza los caracteres de sus personajes con gran sensibilidad y precisión, en un trayecto de ida y vuelta entre la fantasía y la realidad más próxima a nuestros días. De esta manera, la autora puede dibujar problemas contemporáneos del ser humano sin perderse en falsas dualidades maniqueas o restringirse a la representación de un determinado defecto o virtud. Sus personajes afrontan temas actuales con total naturalidad en el seno de la lógica narrativa desde una delicada gama de matices que recorre desde el humor al ingenio, pasando por la sensibilidad. Así, se adentra en el tratamiento de la amistad, la identidad, la homosexualidad, la integridad, la traición, los celos, la corrupción, las trampas del aspecto físico, la construcción de la verdad desde las altas esferas o el poder, entre otros.

Con héroes que velan por la seguridad de sus ciudadanos a villanos que claman venganza con el perspectivismo de la aventura articulada en torno a diferentes episodios para desvelar los más oscuros secretos, Stevenson se mueve con maestría entre la aventura, la fantasía épica, la ciencia ficción y la comedia, y logra crear una ficción que, además de ser verosímil y divertida, trasciende la etiqueta de juvenil para interpelar a todo tipo de lector que desee perderse entre sus viñetas y disfrutar de la exhibición de creatividad y frescura que rezuman.

Deja un comentario