Transmetropolitan

¿Quieres ser periodista? Pues que te den por el culo

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Me han dicho que quieres ser periodista. ¿Es cierto?, ¿sí? Entonces vete olvidando de Documentación Comunicativa, de Teorías de la Comunicación, de Gabinetes de Prensa y Comunicación Corporativa y del Trabajo de final de grado. Olvídate de la facultad de Ciencias de la Información, del doble grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual y del triple grado en Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad. Olvídate de la Universidad Complutense de Madrid, de La Universitat Pompeu Fabra, del Graduate School of Journalism por la Columbia University, del Máster en Periodismo de la Universitat de Valencia, del Máster Oficial Online en Periodismo Deportivo de Unidad Editorial, de Bolonia, de las becas Erasmus, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y de su puta madre.

Me han dicho que quieres ser periodista. ¿Es cierto?, ¿sí? Entonces coge el primer número del cómic que escribió Warren Ellis y dibujó Darick Robertson en 1997 y que se prolongó durante seis años. En la portada aparece un hombre calvo, con chaqueta pero descamisado, encendiéndose un cigarrillo con un Zippo; detrás, la Ciudad sin nombre. Ahora abre la última página del último número, el sesenta; el mismo hombre calvo y descamisado se recuesta en una silla, las manos tras la nuca y las piernas medio abiertas en actitud relajada. Acaba de encenderse otro cigarrillo con un mechero disfrazado de pistola y se ríe. Se ríe eufórico. Se ríe histérico. Se ríe como solo se ríe quien no tiene nada, como solo se ríe quien no quiere tener nada. Se ríe como solo se ríe quien está solo, como solo se ríe quien quiere estar solo. Detrás, una pequeña plantación de maíz, árboles y una casita en medio del campo.

El hombre calvo y descamisado que lleva unas gafas con un cristal rojo y otro verde se llama Spider Jerusalem y lo que sucede entre esos dos cigarrillos se llama Transmetropolitan. Y créeme, es la mejor escuela de periodismo que te puedo recomendar.

Ellis sitúa la acción en un futuro indeterminado, pero si pudiésemos ir a Ginebra y pedirles a los tipos del acelerador de partículas del CERN que nos midieran con precisión la velocidad del tiempo, creo que el futuro del periodismo que nos pinta Transmetropolitan es hoy. E incluso ayer.

¿Buscar contactos? Pasa desde que el periodismo existe. ¿Necesitar contactos? Mucho me temo que también. ¿Estar al tanto de lo que pasa cada día? Por supuesto. ¿Absorber y extraer el pulso de cada día y cada minuto y cada segundo de cada parte del mundo de entre cien y mil fuentes yuxtapuestas? Como si lo llevases haciendo toda la vida. ¿Meterte hasta el cuello en la mierda en busca de la verdad? O lo haces o no eres periodista. ¿Enfrentarte a quien sea necesario, incluso a tu editor y a tu propio medio? Viene con el cargo. ¿Escucharlo todo? ¿Leerlo todo? ¿Mirarlo todo? ¿Escribirlo todo? ¿Fotografiarlo todo? ¿No dormir? ¿Comer a la carrera? ¿Fumar? ¿Tomar drogas? ¿Olvidarte de la vida social? ¿Estar rodeado de todo? ¿Estar solo? ¿Resistir?

¿Estar dispuesto a elegir la verdad por encima del éxito? La elección es cosa tuya, pero prepárate, porque tendrás que tomarla.

Me han dicho que quieres ser periodista. ¿Es cierto?, ¿sí? Pues prepárate porque no tienes pinta de querer buscar contactos. No tienes pinta de querer exponerte al ruido y al caos —a todo el caos— del mundo y de la ciudad. Porque la Ciudad sin nombre en la que vive Spider Jerusalem es todas las ciudades. Porque todos vivimos en la misma ciudad. Todos vivimos en la Ciudad. Y la Ciudad respira y se mueve y transpira y huele bien y huele mal y folla y muere y renace y suspira y jadea y chilla como un millón de moscas desmembradas por David Foster Wallace. La Ciudad es información y la información te come si no te la comes; y cuando te la comes, se retuerce en tu estómago y te devora y te deglute desde dentro, quieras o no. Estés o no preparado.

Prepárate porque no tienes pinta de estar preparado para llenarte de toda la mierda que vas a leer y escuchar y escribir y fotografiar y fumar cada segundo y cada minuto de cada día. No tienes pinta de que tus oídos sean grabadoras y tus ojos sean cámaras. No tienes pinta de querer estar rodeado de todo. No tienes pinta de poder resistir.

Prepárate porque no tienes pinta de querer elegir la verdad. Tú solo quieres reír. Reír con euforia y reír con histeria, pero no tienes pinta de asumir el sacrificio que significa estar solo. No tienes pinta de querer estar solo. Y desde luego, no tienes ninguna pinta de llamarte Spider Jerusalem.

Me han dicho que quieres ser periodista. ¿Es cierto?, ¿sí? Pues entonces prepárate para que te den por el culo.

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