Humor intergeneracional ideal para ejercer de canal entre padres e hijos
No hay mejor humor que el que llevamos cosido en las entrañas de la infancia, ese reino en el que somos y seremos soberanos y que es nuestra auténtica patria. Lo que ahí pasó, ahí quedó. Los nacidos en los setenta y que pisaron los patios de los colegios en los ochenta tenemos tatuado a fuego ese humor tan clásico de la escuela Bruguera, aunque sea el de sus últimos estertores. Sin duda, se trata de una manera de hacer humor genuino, a veces un tanto ingenua, pero otras sofisticada por necesidad. Por la necesidad de hablar de lo que no se podía hablar, tamizando cualquier cuestión por el filtro de la carcajada, en donde se podía articular cualquier tema más allá de cualquier riesgo. El chiste, el gag, la broma, la burla… siempre encontraba al perjudicado con el perjudicador, y lo hacía pincelando con un ingenio que no siempre conducían a la felicidad; la tristeza también tenía cabida. Leyendas del recreo podría haber sido eso, una página más en una publicación magnífica que era consumida por multitud de lectores. Lo que sabemos seguro es que es un cómic esplendido, atractivo, moderno, preparado para gustar a todos los que lo abran: pequeños, medianos, y mayores.
Los autores se trasladan a los patios de recreo de nuestros días en los que, por supuesto, continúa habiendo niños, si bien con otras necesidades y otros entornos, pero con similares roles y vicisitudes. Con conductas a veces discutibles, a veces solidarias, cargados de risas, nervios, y bocadillos. Este es el escenario que sirve de elocuente hilo conductor en donde se desarrollará esta serie. El primer volumen trata de un grupo de superhéroes imposibles que acabará sirviendo de herramienta para empoderar al raro, al diferente. Y ya de paso sirve para discutir el poder al todopoderoso fútbol, amo y señor del cemento. Del aburrimiento siempre nacen las grandes ideas: en el segundo número es el ridículo mundo de los récords el que se lleva el protagonismo, consiguiendo que un niño sea el campeón del mundo del juego del escondite en tan solo… treinta años, lo nunca visto. A destacar que las páginas no están compuestas por viñetas, sino que las páginas son viñetas. Y casi siempre sobre fondo blanco. Pero que esto no lleve a dudas, hay una clara narración secuencial entre página y página que responde a todos los cánones del cómic. Los autores han apostado por este formato original, que sin duda es muy ágil a la hora de leer.
Singular pareja la formada por El Hematocrítico (pseudónimo del gallego Miguel Ángel López) y el popular Albert Monteys. El Hematocrítico es un humorista implicado en numerosos proyectos en la red, autor junto con el ilustrador Alberto Vázquez de libros infantiles como Feliz Feroz, Agente Ricitos o El lobo con botas, del que está trabajando en su adaptación televisiva. Su trabajo y formación como profesor seguro que le proporcionó un palco preferencial para observar el comportamiento de niños y jóvenes y aprender de ellos. Albert Monteys lleva años haciéndonos reír, desde los privilegiados escaparates de la actualidad que eran las revistas El Jueves y, luego, Orgullo y satisfacción. Con personajes como Tato y series como Para ti que eres joven, junto a su infatigable compañero de andanzas: Manel Fontdevila. Estos últimos años le han servido para dar un giro a su carrera, con obras no ligadas a la actualidad semanal, sino de otra índole, pensadas no para ser prepublicadas y sustentadas en la ciencia ficción o incluso en la autobiografía, dando un testimonio de madurez de un autor en crecimiento constante y que acredita títulos de una calidad absoluta e inapelable que gozan de merecido consenso de crítica y público.
La edición por parte de Anaya en formato de prácticamente palmo por palmo y tapa dura es excelente, resistente y manejable, ideal para que pase de mano en mano. Ambos títulos están incluidos en la colección + Cómic, de la que se prevé que salgan más números. Existe también una edición en catalán con las mismas características, en este caso a cargo de la editorial barcelonesa Barcanova.
Así pues, los autores nos presentan una apuesta fresca, accesible, y simpática, que ayuda a que los nuevos lectores no solo no deserten, sino que se enamoren de este medio que es el cómic, y además desafíen a sus padres a leerlo.
Pasen y vean los hechos más increíbles que han acabado convirtiendo el recreo en leyenda.
