Primavera para Madrid en relación con su obra anterior, El método Gemini, no supone una ruptura para Magius, sino una evolución. Sigue habiendo un escenario urbano suntuoso; antes Manhattan, ahora Madrid como epicentro del poder político y económico de España. Sigue retratando a una clase social; los gangsters allí y a la élite socioeconómica ligada al PP aquí. Sigue habiendo una fascinación total por el poder, por su desempeño más malvado, y por la élite que lo detenta. Sigue habiendo un uso peculiar del color: allí los tres colores primarios, aquí un fascinante color oro que le da una dimensión entre kitsch y suntosa que tiñe lo narrado de distancia irónica.
Lo que cambia es el recurso al relato de género. Antes eran historias de mafiosos, mientras que ahora ensaya una especie de costumbrismo de la clase gobernante. También cambia el dibujo, mucho más trabajado. Está muy basado en fotos y la protagonista gráfica es la línea. Presenta un entintado cuidado, de línea clara elegante, en el que lo caricaturesco pesa poco y lo realista se impone mucho. El único lunar es una rotulación muy artesanal y para nada en consonancia con la elegancia de las viñetas.
En los créditos finales leemos eso de «[…] obra de ficción, todas las personas, empresas y sucesos que aparecen en este libro son inventados», y de eso nada. Muy poco hay de inventado y mucho de sucedido realmente, aunque parezca increíble. Esta novela gráfica se lee como una roman à clef en la que no hace falta bucear mucho, pues los personajes aparecen perfectamente identificables con sus propios rostros, aunque con nombres cambiados. Desde la familia real al completo, a la cúpula política del PP de Madrid o un pícaro del siglo XXI como el Pequeño Nicolás. Y es que lo sucedido en España en los últimos años suena a chirigota, pero la verdad es que ha sido bien real.
Con todos estos estraños mimbres, Diego Corbalán, alias Magius (Murcia, 1981), ha parido una novela gráfica sorprendente y ágil. Ha coincidido en las mesas de novedades con otro cómic centrado en la corrupción y en los entresijos del Partido Popular como Yo, mentiroso, de Altarriba y Keko. Ello demuestra que tales sucesos han dejado huella profunda en la historia española reciente.
Magius en Primavera para Madrid documenta los usos y costumbres de una clase social. Muestra los espacios que ejercen de templos de poder: rascacielos, palacios, despachos, palcos, o monumentos. Enseña sus momentos de ocio: monterías, pádel, toros, salas de fiestas o almuerzos. No es satírico en la manera en que retrata a dicha fauna, sino que la sátira viene por el efecto que produce en el lector asistir a tal conjunto de corruptelas e indignidades. La referencia a Luis García Berlanga viene motivada más por los temas que toca, que por el modo de abordarlos. Magius no se ríe de sus personajes, tampoco los critica, aunque el efecto de exponer sus aproximaciones al poder resulte cómico. Un poder que les sirve para que los demás cumplan con sus deseos; ya se trate de sexo, de aplausos, de dinero o de lisonjas. El poder corrompe sí, pero corrompe mucho más a los canallas.
El historietista murciano ha acuñado una imaginería que repite y que ya resulta distintiva de su obra. Escenas basadas en la liturgia del poder y su escenificación mediante ceremonias de transmisión del poder. Sociedades secretas, iniciaciones, y ritos con gran protocolo y pompa.
Magius no presenta un argumento unitario. Funciona por acumulación, va encadenando capítulos y escenas heterogéneas, y con ello radiografía al poder corrupto. Por un lado, el poder empresarial y económico que medra gracias a su relación con el poder político; el caso Bankia y las tarjetas Black son muy representativos de esto. Lo encarna el personaje de Lobo Madrid, un ejecutivo de una gran empresa que asciende gracias a sus amistades hechas desde el parvulario. La amistad es uno de los rasgos de esta clase social, como en la mafia lo son los lazos familiares. Por otro lado, asistimos a la corrupción sistémica del gobierno del PP en la Comunidad de Madrid. Personajes que están en política para forrarse y, por completo, ajenos al bien común. El tercer eje argumental es la familia real con: el campechano, los leones de Botswana, el preparao, la princesa Corinna, el duque emPalmado, el calavera de Froilán, o los piques entre Letizia y Sofía. Y el último hilo narrativo es el auge de este pícaro del siglo XXI como es el Pequeño Nicolás. Alguien que supo enseguida que para triunfar hay que introducirse en el grupo endogámico y trabar lazos de amistad. Alguien que sabe abrirse paso a base de don de gentes, de ser servil y obsequioso con los que pueden reportarle algún beneficio y que cae en gracia. «La gente VIP valora mucho la amistad».
Autsaider Cómics tendrá trabajo cuando en el futuro reedite este cómic y deba llenarlo de notas a pie de página, de prólogos contextualizadores, o de dramatis personae. Porque solo así, sabiendo que esto sucedió realmente, la fuerza crítica de Primavera para Madrid seguirá desplegando toda su potencia.