Da vértigo pensar en lo que será capaz de conseguir Tillie Walden en un futuro próximo, si atendemos a los impresionantes logros alcanzados hasta el día de hoy (a sus veintitrés años de edad), en apenas unos pocos años de carrera. No hace falta más que echarle un vistazo a las dos únicas obras de la autora estadounidense que se han publicado en castellano: la exitosa novela gráfica autobiográfica en la que nos relataba sus todavía recientes experiencias como patinadora de competición, Piruetas, y esta fantástica En un rayo de sol, publicada en castellano en dos volúmenes (280 y 260 páginas, respectivamente) a lo largo de 2019, de la mano de La Cúpula.
Si con las cuatrocientas páginas de Piruetas Walden ganó un Eisner y nos emocionó sobremanera, lo que consigue con la ambiciosa En un rayo de sol —nominada a otro Eisner en 2017— es metérsenos nuevamente muy adentro para convertirse en una autora a la que admirar y cuyas próximas traducciones esperaremos con impaciencia. Y lo hace creando una paleta de personajes caracterizados a la perfección y a los que podemos imaginar desenvolviéndose en la vida real, como si se tratase de las protagonistas del Locas de Jaime Hernández. Aunque en sus manos parezca sencillo, Walden cuenta con una capacidad impresionante para desarrollar emocionalmente a sus personajes, que En un rayo de sol son exclusivamente femeninos (a excepción del no binario Elliot) y se dedican a la extraña tarea de navegar por el universo para restaurar edificios antiguos en diferentes planetas. Lo dicho, nos imaginamos a sus protagonistas en un mundo de carne y hueso, sin importar que los hayamos conocido en el espacio exterior, en un universo plagado de planetas habitados.