Son pocos los cómics que, cuando uno comienza a leerlos, generan aquella sensación de estar ante verdadero arte. Por suerte, cada vez son más los que llegan a España, y uno de ellos es el magnífico El clan de los Poe, una obra magna que brilla en todos sus aspectos y que denota en cada página trascendencia. Algo muy complicado de conseguir, pero que su autora, Moto Hagio —miembro destacada del conocido como grupo del 24—, logró con maestría, marcando tendencia. No en vano se considera que El clan de los Poe sirvió de inspiración para muchos de los mangakas que, después, triunfarían. Bienvenidos a pura historia del manga.
Pero ¿qué tiene El clan de los Poe? Lo tiene todo: una historia rica y bien desarrollada, personajes épicos, dibujo sublime, los clásicos debates de la humanidad, referencias, páginas para enmarcar… En definitiva, uno de los cómics del año.
En resumidas cuentas, El clan de los Poe nos introduce en el mundo de los vampirnellas: seres eternos que se alimentan de sangre de humanos. Hagio, obvio, bebe de Drácula (Bram Stoker), pero también de Frankenstein (Mary Shelley) y, cómo no, de las obras de Edgar Allan Poe para crear el mundo en el que vive la familia protagonista de la obra: los Poe. Se trata de un grupo de vampirnellas que sobrevive al paso de los siglos tratando de pasar desapercibido: en vez de sembrar el terror allá donde se instalan, intentan levantar las mínimas sospechas para vivir lo más apaciblemente posible, logrando la sangre justa para sobrevivir e intentando no convertirse en el blanco de los humanos, que conocen las leyendas sobre estos seres chupasangre.
Los Poe tratan de hacer vida normal, pero no es sencillo. Y más cuando alrededor de ellos surgen las clásicas preguntas: ¿vale la pena vivir eternamente así? ¿Qué sucede con el amor? ¿Y con el sufrimiento? ¿Cómo cuidar de los seres queridos? La autora nos introduce en estos debates a través de las figuras de Edgar y de su hermana Merrybelle, que fueron recogidos en el bosque por los Poe tras ser abandonados y que vivirán tanto el descubrimiento de su nueva familia como su transformación en vampirnellas, además de compartir una relación más que especial.
El clan de los Poe narra (de forma desordenada en el tiempo) un buen número de historias alrededor de esta familia con los elementos clásicos del manga que Hagio tenía en la cabeza: romper con los estereotipos clásicos de la época para revolucionar el shōjo. Y lo hace narrando la historia del clan a través de los siglos: todo el mundo envejece, pero tanto Edgar como Merrybelle están condenados a ser unos eternos adolescentes y a sufrir la soledad.
Revisión del mito vampírico desde el relato de lo íntimo
Su mundo, en vez de ser el de los shōjos de la época, está teñido de oscuro. El clan de los Poe no es una historia de vampiros clásica, sino que narra el tormento de unos protagonistas que, si no tienen bastante con ser quienes son, deben convivir con las dudas y temores de unos simples adolescentes.
Y a esta historia ya de por sí interesante hay que sumar el despliegue gráfico de Hagio, una auténtica maestra: mil y una composiciones de página para llevar al lector en cada momento a donde ella quiere; ilustraciones a página completa para enmarcar; detalles narrativos (una rosa, una sombra) que pausan y alimentan cada parte de la historia; caras con una expresividad fuera de lo común y, cómo no, los elementos del shōjo de los setenta (los pétalos, el viento, los grandes y resplandecientes ojos) característicos de la época.
El clan de los Poe comenzó a publicarse en 1972 en Japón y fue todo un éxito. A España ha llegado en una edición de lujo realizada a partir de la recuperación de los materiales originales por el cincuenta aniversario de su debut. Dramatismo, amor, odio, miedo, trascendencia y dibujo sublime. Puro arte.