«Érase una vez», con estas palabras se inaugura la primera viñeta de Us, una historia de amor que trasciende los estereotipos e identificaciones de género en función de los genitales a través de los personajes de Diana y Sara, álter ego ficcionales de la autora Sara Soler y su pareja, Diana. La elección de esta conocida fórmula de inicio responde a una cuidada estrategia de inmersión del lector en el marco del cuento de hadas para, tras breves instantes, romper toda posible identificación con valores e ideas asumidos como únicas posibilidades de comprensión de la realidad circundante. La secuencia, además de un guiño evidente a los primeros segundos de metraje de Shrek, supone una declaración de intenciones explícita, que se mantendrá a lo largo de toda la obra en cuanto al cuestionamiento de la supuesta normalidad binaria y su atribución de roles en función de la biología desde la empatía, la auto- parodia, el humor y las referencias intertextuales a diferentes obras literarias, fílmicas, series y productos de la cultura de masas contemporánea.
Us tiene su origen en el fanzine del mismo nombre de 24 páginas creado por Soler en 2019 para presentarlo a las Kboom! Jornadas de Cómic, en el que narraba el proceso de transición de género de su pareja. Tras su éxito, plasmado en las cuatro reimpresiones y los diferentes galardones obtenidos, entre ellos el premio del cómic aragonés al mejor fanzine 2019 y el Premio Antifaz 2020 del Salón del Cómic de Valencia, Soler se plantea la necesidad personal de desarrollar con mayor detalle la historia y de dar una respuesta a la ausencia de representación de la realidad trans, por lo que opta por Astiberri para la publicación de las 144 páginas que componen este título.
A través de cuatro capítulos de diferente extensión («Salir», «Identidad», «Lucha» y «Las olas que creamos») y un epílogo, y con una paleta cromática compuesta por el blanco, negro, azul y rosa, en alusión a los colores de la bandera transgénero, la autora dibuja su historia real con una perfecta alternancia entre el drama y el humor, que le permite no regodearse en el primero ni presentar una visión frívola de temas y conceptos complejos. De esta manera, puede cuestionar actitudes y prejuicios, como el ma- chismo, la transfobia o la discriminación, y explicar de forma accesible conceptos como la identidad o el género, sin incurrir en un tono moralizante, la falsa condescendencia o la voluntad de construcción de un relato ejemplarizante que deba ser reproducido por otras personas.
En este aspecto radica otra de las virtudes de Us: sus niveles de lectura, que permiten diferenciar- lo de una mera guía didáctica construida para transmitir un mensaje o un manual de instrucciones en torno a la identidad de género, gracias a la creación de una ficción visual de calidad con un diseño de personajes verosímil. Si bien puede leerse desde una perspectiva didáctica, reforzada además por el glosario final, que explica de forma accesible términos aparecidos en la trama, el lenguaje gráfico-narrativo no se encuentra subordinado a la perspectiva pedagógica.
Con una línea argumental clara, la transición de género de Diana, Soler opta por la selección de una sucesión de escenas y la representación de una galería de personajes desde una perspectiva personal como estrategia compositiva para potenciar la re- flexión del lector y el descubrimiento de las falacias en torno a la construcción sociocultural de las supuestas atribuciones masculinas y femeninas. De esta forma, revisa tanto su propio proceso personal en cuanto al planteamiento de su identidad afectivo-sexual se refiere como el de su entorno más próximo mediante la caracterización de distintos integrantes de la familia, amigos y conocidos.
A través de un abanico de retazos vitales, protagonizado por una galería de personajes de diferente índole, la autora traza un panorama muy representativo de visiones, perspectivas y comportamientos en torno a la diversidad afectivo-sexual y repasa desde el machismo al mainsplaning, pasando por la transfobia o el mie- do a la diferencia. Por una parte, el planteamiento biográfico de la obra le permite establecer un clima de proximidad con su lector que potencia su identificación con los personajes protagonistas y, por otra, el recurso del muñeco henoji como representación simbólica minimalista para escenificar situaciones discriminatorias sin singularizar a los implicados fomenta el reconocimiento de los prejuicios de base que las sustentan.
Soler muestra así su conocimiento de las posibilidades del cómic como poderoso vehículo para construir referentes que colaboran en la visibilidad de colectivos que no siempre han tenido representación en las diferentes expresiones culturales, y menos positivamente. Como también le permite denunciar de forma visual toda suerte de discriminación en función del cumplimiento de un supuesto modelo normativo, al tiempo que compone una hermosa sinfonía gráfica de libertad y respeto a través de su propia historia de amor, basada en una relación entre iguales más allá de etiquetas. Un canto a una sociedad inclusiva que permita mirar a las personas sin juzgarlas ni clasificarlas en torno a dualidades maniqueas.
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Añade el tuyo[…] y medio de autónoma. De ahí me han salido charlas, conferencias, y gente y amistades. Y puedes visibilizar. O sea, tiene muchas cosas positivas, a pesar de que te manden cabezas cortadas o que te pidan que […]