Piratas del Multiverso

Un tebeo rapidito de música y surf

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La primera sensación que tuve al leer las entregas de Piratas del Multiverso fue la de absoluta libertad y total desinhibición. Me vino a la mente la voluptuosidad surfera y psicodélica de las añejas planchas de Hot Curl que firmaba Michael Dormer para la revista Surf Toons. En las entregas de Piratas del Multiverso no falta el humor ni la contracultura. Pero las tiras del gallego apuntan más hacia el panorama alternativo. A preguntas de quien esto escribe, su autor, Daniel Xove (Santiago de Compostela, 1988), asegura que «la serie nace de una ausencia muy larga de perspectivas laborales. No estaba comiéndome un colín como ilustrador, ni tenía ningún proyecto entre manos, así que me encontré en la situación de tener que hacer algo y sin nada que perder. De ahí salió Piratas del Multiverso, que es una serie diseñada para poder hacer lo que me venga en gana sin preguntar a nadie».

Reseguir el origen de la serie tampoco resulta sencillo. En su cuenta de Instagram aparecen las primeras tentativas o pruebas, en la primavera de 2018, un año largo antes del inicio de la publicación seriada semanal de la serie. En diciembre de 2018 publica la portada de un supuesto número 0, en la que ya aparecen los tres personajes protagonistas y en la que se intuye el tono del proyecto, basado en la espontaneidad, la experimentación, la plasticidad, el homenaje y la coloración despampanante. Sin ir más lejos, esa portada es un bonito homenaje al Kirby de El Cuarto Mundo.

¿Quién protagoniza esta serie? La terna antiheroica la conforman el enmascarado anarquista H —¿un traslado del V, inspirado en Guy Fawkes, de Alan Moore?—, la pirata Néctar, empoderada, descarada y fanática de la velocidad, y el ser extraterrestre, azulado y metamorfo Modo —creación que el autor utiliza para homenajear tanto a la Periquita de Ernie Bushmiller como al Carpanta de Escobar—. En el momento en el que escribo estas líneas, la serie ya va por su trigésima segunda entrega y todas y cada una de ellas difieren en cuanto a estilo e historia, como bien informa el multiverso que lleva en su título la colección.

Cada cual tendrá sus favoritas, y aprovecho esta tribuna para dejar constancia de algunas de las mías. Me encanta, sin duda, la primera entrega, que tanto me recuerda a los libros tridimensionales del Jim Curious de Matthias Picard; me obnubila esa maravilla que es la Danza Multiversal, con esa fragmentación del movimiento a lo Eadweard Muybridge. Otros episodios que me epatan son el viaje en LSD de la entrega veintidós, el homenaje a la banda de la tenaza de Edward Abbey, la velocidad endemoniada del Faster de Néctar o la historia protagonizada por Modo a lo Jon McNaught.

«Una premisa importante es que cada episodio sucede en un universo independiente, y por lo tanto no hay unas normas narrativas, lógicas o estilísticas comunes, sino que se puede empezar de cero cada vez». Empezar de cero en cada entrega y al mismo tiempo conformar sentido relato a relato, capa a capa, asimilando el error, incorporándolo como un elemento más de la historia global. Así, hay tantos tríos protagonistas como universos, aunque la personalidad de H, Néctar y Modo se va conformando entrega tras entrega, gracias a su inquebrantable filosofía de vida que abraza el hedonismo, en el buen sentido del término: disfrutar jubilosamente de la vida, huyendo de la vulgaridad y sin complicarse.

«Estar, están ahí desde el principio, aunque he ido notando que poco a poco van desvelando sus personalidades, que no son las que yo tenía previstas. De todas formas, la idea era crear situaciones y soltarlos en ellas a ver qué hacían, así que de momento todo va bien». Así se refiere Dani Xove a sus criaturas.

El epicureísmo que mueve a la terna actoral empapa a su creador. «Una de mis obligaciones autoimpuestas es pulirme estos tebeos, del boceto al acabado final, en el menor tiempo posible. A poder ser, tardo un día, aunque a veces se me va a dos o incluso a tres, porque, ya sabes, la vida. Esto implica dos cosas. Uno, que a veces me meto en cama a las siete de la mañana, y dos, que necesito herramientas que me permitan ir muy rápido». Por eso trabaja en digital, método en el que el «proceso de lápiz, tinta y color pierde un poco su sentido», porque «puedes trabajar todo a la vez o en el orden que prefieras, hacer pruebas infinitas y ahorrarte muchos pasos».

Ilustrador y autor de cómics, se nota en esta serie que Xove ha trabajado también en la animación y como diseñador gráfico. Piratas del Multiverso llega después de O encanto da Pedra Chá (Everest, 2013), con guion de Pere Tobaruela, Efectiviwonder Comics (Sindicato del Cómic, 2014) y 5 Tracks (Sindicato del Cómic, 2016), así como colaboraciones con las revistas O Botafumeiro, Licor Café o Finnegans. Vouvos papar (Xerais, 2008) fue su primer trabajo profesional.

En Piratas del Multiverso el lector asiste a la espinosa empresa de un autor por encontrar su propia voz. Una tarea que emprende desde el juego total y el ensayo más desenredado. Por ponerlo en boca de Xove, «diría que la gracia de la serie es que no va de nada ni se dirige a ninguna parte». ¡Que por mucho tiempo así sea!

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